Bluetooth, datos de salud y seguimiento del ejercicio físico

7.00 h

Unas horas más tarde, suena el despertador. Son las 7 de la mañana y se anuncia una ardua jornada de trabajo para la pareja. Máximo y Julia se levantan y siguen los rituales del comienzo del día: teléfono inteligente encendido, tableta activada, altavoz conectado, radio, noticias. Todo el apartamento se conecta. Aparece en la pantalla del teléfono inteligente de Máximo un mensaje recordatorio de una cita; la nevera alerta sobre la disminución en el número de yogures y la necesidad de comprar algunos mientras el altavoz conectado anuncia el tiempo previsto para el día.

Rebosante de buenas intenciones, Máximo se pone su reloj conectado, sus auriculares Bluetooth y comienza su carrera matutina. El médico le recuerda regularmente la importancia del deporte: «¡Hay que luchar contra el sedentarismo!», repite una y otra vez.

Durante su hora de carrera, Máximo ha activado el Bluetooth de sus auriculares para escuchar música. Fan incondicional desde la cuna de Joan Manuel Serrat, sigue los pasos al ritmo de Hoy puede ser un gran día mientras la ciudad empieza a abarrotarse con gente que va en todas direcciones. Después de cinco interminables minutos de un doloroso calentamiento, Máximo se detiene, pero no por cansancio, sino por el reclamo de su teléfono inteligente. Máximo se ha olvidado de activar su aplicación...

Riesgos

Objetos conectados cotidianos, como teléfonos inteligentes, tabletas, auriculares, etc., incluyen muchos dispositivos de conexión: Wi-Fi, Bluetooth, sensores corporales. Gracias a estos dispositivos, el objeto conectado podrá captar sus acciones e información como su ritmo cardíaco, sus movimientos, su ubicación, pero también comunicarse con otros dispositivos y transmitir los datos recopilados a las empresas que fabrican los objetos, a menudo a través de aplicaciones telefónicas muy intrusivas. Uno de los principales riesgos es que estos datos extraídos de objetos conectados, pero también de redes sociales, permiten categorizar a los individuos según su personalidad, su salud y sus hábitos diarios y, en última instancia, predecir su comportamiento.

Hay empresas a las que se les paga por escuchar conversaciones grabadas por altavoces conectados, pero también por ayudas de voz en general. Estas empresas transcriben aleatoriamente ciertas conversaciones para mejorar el reconocimiento de voz¹. También he constatado que algunos usuarios de teléfonos inteligentes Android han activado accidentalmente y sin saberlo la ayuda de voz de Google. Así, descubren a posteriori palabras o frases guardadas accidentalmente en su cuenta de Google. El control por voz de algunos teléfonos inteligentes parece relativamente sensible a la activación.

El desarrollo de Bluetooth en los últimos años, hasta la llegada del Bluetooth 5.0 low energy, ha permitido aumentar el alcance de la señal Bluetooth y adaptarla en el contexto del desarrollo de objetos conectados. Pero esta nueva evolución también promueve la publicidad dirigida, al permitir a los comerciantes detectar los teléfonos inteligentes en los que está instalada la aplicación de la marca y seguirlos para sugerirles publicidad². Esta tecnología de seguimiento es, a diferencia del GPS, muy precisa, de unos pocos centímetros y funciona en el interior...

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